Una historia de logros y desafíos: Adolescente de Revuelos realizó cursos de lechería en Mercedes
17-10-2023
Kevin tiene 17 años, vive en el barrio 24 de enero y le encanta el campo. Conoció al equipo del proyecto Revuelos[1] después de la pandemia, cuando tuvo que dejar de estudiar. Este año tuvo la oportunidad de realizar un curso de Introducción a la Lechería y el Trabajo Asociado, una iniciativa de la cooperativa Tierra que Anda y del Centro de Formación Agraria Cooperativa Cololó (Soriano).
Esta experiencia fue un desafío para Kevin, ya que viajó solo a Mercedes y superó varios de sus miedos. A partir de su buen desempeño, fue invitado a realizar varias profundizaciones y hasta una pasantía.
—¿Cómo fue viajar solo a Mercedes?
—Tranquilo, me puse los auriculares y ta, tenía un poco de vergüenza a lo primero pero después, ta…
—¿Cómo superaste el malestar que te generaba viajar en ómnibus?
—Yo ya había ido en sexto a un campamento y eran 4 horas, y esto eran 4 horas también. Y esa vez agarré 5 piedritas con un limón en la boca y el primer curso fui con un limón y las piedritas no las agarré. Y ya al segundo curso dejé el limón, pero no me pude dormir, después en los otros me fui normal, porque en esos bondis no entra y sale olor a perfume ni nada, ni cambia el aire ni nada, hace la parada en Plaza Cuba y no frena más. Y llevo caramelos de menta y también me tomo una pastilla de la panza.
—Cuando llegaste, ¿con qué te encontraste?
—Con 12 compañeros más. Había un par que eran de Tacuarembó y Durazno y había un par de acá [Montevideo].
— En el primer curso, aprendiste a ordeñar. ¿Qué dificultades tiene? ¿Es fácil?
—Sí, con esa máquina sí, porque tiene 4 pezoneras, tiene todos los órganos y arriba tiene una araña, viste, la araña que va conectada a la pezonera y tiene los pulsores y la manguera de vacío y la manguera de vacío chupa y los pulsores así y ta, aprieta y floja, aprieta y floja y ordeñás. Y aprendimos a sellar también, que es un cosito que después que ordeñás, le sellás para que la vaca no se lastime. Y a los terneros les dábamos leche, la leche que les salía cuando las vacas parieron.
—¿Y después qué pasó?
—Después me llamaron para el [curso] de calidad de leche, ese fue de 15 días, con ese aprendimos un poco con las máquinas, todo alrededor de las vacas, aprendimos a ordeñar y todo eso, también andaba con caballos, pero eso ya sabía. Adentro de ese curso hice una pasantía, me fui a un campo solo con una familia por 5 días.
—¿Cómo fue la pasantía?
—Estaba bueno, pero igual en eso no hacía nada, ordeñaba nomás y tenía que lavar todo, toda la pieza del tambo. 120 hectáreas tenían y tenían como 250 vacas para ordeñar. Tenía que arrear vacas, aprontar la conservera, darle de comer a los chanchos y a los terneros, tenía que hacer un par de cosas.
—¿Después de esa experiencia hiciste otro curso más?
—Hice inseminación. Primero me practiqué con un órgano de la vaca que lo trajeron del frigorífico, me parece. Y ta, ese era fácil, pero después cuando le metí la mano a la vaca era nada que ver, más difícil era eso, las primeras veces no logré fecundar, pero después, las otras veces las hice todas. También trabajamos un poco con los termos esos donde se guarda el semen, viste que los termos esos deben estar congelados, a 195 grados bajo cero tienen que estar.
—¿Y cuál fue el curso que más te gustó de todos?
—Lo que más me gustó fue el de inseminación, porque en ese aprendí un poco y todo, en todos aprendí, pero ese estaba bien. Con ese pasé a otro extremo, porque lo de inseminar es más difícil.
—Los cursos que más te gustaron tiene que ver con animales, ¿por qué?
—Porque está tranquilo, con los animales me siento tranquilo.
—¿Cómo te gustaría que fuera tu futuro? ¿En qué te gustaría trabajar?
—Me gustaría trabajar, pero no me gustaría trabajar en un campo, me gustaría tener mis bichos y todo, pero no trabajar en un campo, me gusta eso, pero te gusta unos días, pero después, ya no te gusta. Me gustaría trabajar de veterinario de caballos y eso, pero ta…
—¿Los caballos para vos qué son? ¿Por qué te gustan tanto?
—Porque sí, los caballos son como compañeros, yo ando a caballo y…algunas veces estoy quemado y ando a caballo y quedo tranquilo. Ando en las calles o si no, ando en el campo. Hay [en 24 de enero] un campito para el costado, alrededor hay campo, pero yo ando para atrás, para la casona, para atrás de Tiendas Montevideo, que hay campo, campo.
—¿Y ahora vas a seguir haciendo más cursos?
—Ahora se viene el de apicultura y el de cría de terneros.
[1] Proyecto que se realiza en cogestión con INAU.